Rupert Brooke

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Poeta inglés. Perteneció al grupo de "Poetas de la guerra". Aunque su poesía no fue tan descarnada como la de Owen o Sassoon, en ella, como se ve en la última estrofa del poema, ya empieza a desaparecer la gloria bélica para aparecer la realidad del combate.


Ofensiva de primavera
Parados a la sombra de una última colina
comían, y aliviados de cargas, estaban a gusto;
y apoyándose en el pecho o en las rodillas más próximas
dormían despreosupadamente.

Pero muchos permanecían allí quietos
frente al cielo cruel y vacío más allá de las montañas,
sabedores de que sus pies habían llegado al fin del mundo.
Estaban de pie absortos, y contemplaban la alta hierba arremolinada
por la brisa de mayo, susurrante con avispas y mosquitos;
y aunque el verano rezumaba en sus venas
como una droga inyectada en sus cuerpos dolientes,
colgaba afilada sobre sus almas la inminente cresta de hierba,
y timidamente destellaba el misterioso cristal del cielo

Hora tras hora reflexionaban sobre el campo cálido
y el lejano valle de atrás, donde los ranúnculos
habían bendecido con oro sus lentas botas al ascender;
cuando incluso las pequeñas zarzas no cederían
sino que se agarraban y aferraban a ellos como brazos afligidos.
Ellos respiran como árboles impasibles.

Hasta que una ráfaga fría emociona a la pequeña palabra,
la que rodea a cada cuerpo y a su alma
y los tensa para la batalla. No hay alarmas
de clarines, no hay banderas altas, ninguna prisa sonora,
sólo una mano que se alzay la llamarada de los ojos que se enfrentaron
al sol, como un amigo con quien el amor se terminó.

This entry was posted on 27 noviembre 2017 at 19:05 and is filed under , . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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