Yehuda Amijai

Posted by La mujer Quijote in ,


Poeta israelí de origen alemán. También ha escrito cuento y literatura infantil. Su obra trata temas cotidianos, amores dolorosos, caracterizada por su frescura y por su estilo coloquial.
Los poemas pertenecen al poemario "También el puño fue una vez una mano abierta y dedos" de 1989.
La versión es la de Raquel García Lozano.


Qué he aprendido de las guerras
Qué he aprendido de las guerras:
a caminar levantando pies y manos
como bombas de agua en un pozo vacío.

A caminar y estar solo entre la multitud,
a atrincherarme en almohadas, en colchas y en el cuerpo de la mujer amada,
a gritar "mamá", sin que me oiga
a gritar "Dios", sin creer en él
e incluso si hubiera creído en él
no le hubiera hablado de la guerra
como no se le habla a un niño del horror de los mayores.

Qué más he aprendido. He aprendido a guardar un camino de retirada;
en el extranjero duermo en un hotel
cercano al aeropuerto o a la estación de tren.
Y en las salas de fiesta,
a mirar siempre la puertecilla
donde pone "Salida" con letras rojas,

también la batalla comienza
con tambores a ritmo de baile y termina con
"retirada al alba". El amor prohibido
y la batalla, los dos, a veces, terminan así.

Pero sobre todo he aprendido el arte del camuflaje,
no destacar, que no me reconozcan,
que no distingan entre mí y lo que me rodea
ni siquiera entre mí y mi amor,
que crean que soy un matorral o una oveja,
que soy un árbol, la sombra de un árbol
que soy una duda, la sobra de una duda,
que soy un tabique vivo, una piedra muerta,
una casa, la esquina de una casa.

Si hubiera sido profeta habría sido empañado el brillo de la visión,
habría ensombrecido mi fe con papel negro
y habría tapado el carro celeste con redes.

Y cuando llegue el momento me vestiré con mi último camuflaje:
blanco de nubes, mucho azul de cielo
y estrellas sin fin.


Soy un profeta pobre
Soy un profeta pobre. Como un niño pobre que sólo tiene
dos colores. Yo pinto mi vida con guerra
y amor, con ruido y silencio.

Los grandes profetas tiraron la mitad de sus profecías
como cigarros humeantes a medio fumar.
Yo las recojo y hago con ellas profecías pobres.

En depósitos llenos de agua el agua está callada,
y en tuberías vacías gime y jadea la no-agua.

Las palabras absorben "sangre, sudor y lágrimas"
y son arrojadas a la basura. Palabras de usar y tirar
como pañuelos de papel. Hombres de usar y tirar
esa es su eternidad.

Las palabras deberías haber esado vacías
y ser estrictas y severas, como la línea divisoria de las aguas.
Desesperación y esperanza, alegría y tristeza, tranquilidad y furia
tendrían que haber fluido hacia los dos lados
de un nuevo ciclo.

Soy un profeta pobre. Vivo en la esperanza de los demás,
como un rayo de luz no destinado a iluminarme,
mi sombra es como mi apariencia, como mi imagen,
pero en mi cuerpo escondo una ilustre y bonita figura
voy entre el vidente y su visión.

Soy un profeta pobre que al mediodía vuelve a su casa
a comer y descansar y por la tarde a dormir.
Tengo vacaciones y años sabáticos
y seguro de vida y pensión para la vejez.

Comencé mi vida tan abajo.
Cuando asciendo con embriaguez de alma,
cuando llego a lo alto de mis visiones,
me encuentro con gente cotidiana
que tiene hijos y trabajo, y preocupaciones familiares
e inquietudes caseras. Esas son mis visiones. Soy un profeta pobre.

This entry was posted on 21 octubre 2017 at 12:05 and is filed under , . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

0 comentarios

Publicar un comentario