Surrealismo, abusurdo, vanguardias, un poco de todo. Las etiquetas ayudan a entender, pero tampoco hay que obsesionarse.
-Te aconsejo que no comas mucha pimienta. Conocí a un griego (estábamos en el mismo barco) que comía una increíble cantidad de pimienta y mostaza que echaba en su comida sin mirar. El pobre se pasaba noches enteras sentado, con un zapato en la mano...
– ¿Por qué? –pregunté.
– Porque le tenía miedo a las ratas, y había muchas en aquel barco. Y el pobre, acabó muriendo de insomnio.
********
Qué extraño; qué inexplicablemente extraño: del otro lado de la pared, de esa pared, hay un hombre sentado en el suelo, sus largas piernas, estiradas, están enfundadas en sencillas botas y su rostro es malévolo.
Bastaría con hacer un agujero en la pared, mirar a través de ella, y, al punto, veríamos a ese hombre malévolo.
Pero no hay que pensar en él. ¿Qué representa? ¿Es una parte de esa vida muerta que, desde los vacíos imaginarios, habrá volado hacia nosotros? Sea lo que fuere, tanto peor para él.
– ¿Por qué? –pregunté.
– Porque le tenía miedo a las ratas, y había muchas en aquel barco. Y el pobre, acabó muriendo de insomnio.
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Qué extraño; qué inexplicablemente extraño: del otro lado de la pared, de esa pared, hay un hombre sentado en el suelo, sus largas piernas, estiradas, están enfundadas en sencillas botas y su rostro es malévolo.
Bastaría con hacer un agujero en la pared, mirar a través de ella, y, al punto, veríamos a ese hombre malévolo.
Pero no hay que pensar en él. ¿Qué representa? ¿Es una parte de esa vida muerta que, desde los vacíos imaginarios, habrá volado hacia nosotros? Sea lo que fuere, tanto peor para él.
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on 24 octubre 2009
at 13:29
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