Hoy estoy dramática, bueno, más melodramática que otra cosa. Así que entrada melodramática al canto. Una nueva edición del "escuche, compare, si alguno le gusta bien y si no le gusta, por qué no apaga los vídeos".
Creo que no hay momento más dramático (y melodramático) en la música que el final de "Madama Butterfly". La ópera la resumo brevemente. Pinkerton, un marinero estadounidense, se aburre en Japón así que por medio de un celestino consigue casarse con una niña japonesa (Cio-Cio-San, Madama Butterfly) para entretenerse. Claro está, noche de bodas clamorosa, niña enamorada, embarazo al canto y marinero que si te he visto no me acuerdo. Cio da a luz y se cree que el malnacido del marinero va a volver. Pasa el tiempo y sí, vuelve, pero vuelve de visita y con su esposa, porque claro, el capullo ya estaba casado cuando embarazó a Cio. El marinero de marras se entera que ha tenido un hijo y no se le ocurre otra cosa que pedírselo a su madre para llevarlo a Estados Unidos y criarlo allí. La desolada Butterfly se lo entrega no sin antes despedirse, se retira a sus habitaciones y comete seppuku (algo así como el hara-kiri de toda la vida pero por degüello al ser mujer).
¡Vete! Te lo ordeno.
(Obliga a Suzuki, que llora amargamente, a levantarse e irse. Butterfly se arrodilla delante de la estatua de Buda. Permanece inmóvil, absorta en un doloroso pensamiento, entonces se da cuenta de los sollozos de Suzuki, los cuales se van poco a poco debilitándose. Sale y coge el velo blanco que cuelga del biombo, después el cuchillo de su padre, de dentro de un estuche lacado, que está colgado de la pared cerca de la estatua de Buda. Besa la hoja con devoción, cogiéndola con las manos por la punta y por la empuñadura, y, en voz baja, lee la inscripción)
conservar la vida con honor"
(Mantiene el cuchillo en su garganta. La puerta se abre y se ve el brazo de Suzuki empujando al niño hacia su madre. Él corre hacia ella con sus brazos extendidos. Butterfly suelta el cuchillo y abraza a su hijo apasionadamente )
¿Tú? ¿Tú?
(Con gran sentimiento, y muy agitada)
flor de lirio y de rosa.
(Tomando la cabeza del niño, acercándola hacia sí)
por tus ojos puros,
(Con voz llorosa)
Para que tú puedas irte
al otro lado del mar,
sin que te remuerda,
cuando seas mayor,
el abandono de tu madre.
(exaltada)
del alto Paraíso,
mira muy fijamente, fijamente,
el rostro de tu madre,
para que te quede una huella de él!
¡Miralo bien!
¡Adiós, amor! ¡Adiós, pequeño amor!
(Con voz débil)
(Butterfly toma a su hijo y lo coloca sobre una alfombra mirando hacia la izquierda. En sus manos pone una bandera americana y un muñeco, obligándole a jugar mientras le tapa los ojos con suavidad. Entonces ella toma el cuchillo y con sus ojos fijos en el niño se esconde tras el biombo. Se oye el ruido del cuchillo cayendo al suelo y un velo blanco colgado en el biombo desaparece. Butterfly reaparece al lado del biombo con el velo en su garganta. Se tambalea hacia el niño y agita su mano hacia él débilmente, con el tiempo justo para besarle antes de caer a su lado.)
Y ahora, lo que han hecho con todo esto cinco de las más grandes. Eso sí, Cio-Cio-San debería de tener unos catorce o quince años, nada que ver con el aspecto de las cantantes.
Pilar Lorengar
Renta Scotto
Renata Tebaldi
Maria Callas