Porque no pudieron salvar a Perséfone del rapto de Hades, las Oceánidas fueron castigadas. Convertidas en terrible animal, mitad mujer, mitad pez. ¿Qué iban a hacer ellas, pobres ninfas, contra dios tan tenebroso? Pero ahora que son monstruos, tienen poder. Si los hombres caen presa de sus cantos, ellas se los comen. De algo hay que alimentarse. Pero el plan de las Sirenas es otro. El plan es salvar a todas las mujeres de los raptos de los hombres. Que no lleguen con sus barcos a robarlas, a someterlas al terrible cautiverio del hogar. Las sirenas, en verdad, tan sólo cumplen la encomienda que cuando ninfas no pudieron encarar. De paso, responden a las secretas plegarias de Penélope.
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on 13 mayo 2011
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