Erik Satie (III)

Posted by La mujer Quijote in , , ,

Meditación
El poeta está encerrado en su vieja torre.
Hace viento.
El poeta medita, sin que lo parezca.
De repente, se le pone la carne de gallina.
¿Por qué?
¡Ha visto al diablo!
No, no es él: es el viento,
el viento del genio que pasa.
¡El poeta ya está harto de viento!
Sonríe con malicia,
mientras su corazón llora como un sauce.
Pero el genio está ahí y lo mira con malos ojos:
con ojos de vidrio.
Y el poeta se vuelve muy humilde y enrojece.
Ya no puede meditar:
¡tiene una gran indigestión!
¡Una terrible indigestión de malos versos blancos
y de desilusiones amargas!


Nocturnos nº 1 a nº 3


Enloquecimientos graníticos
El reloj del viejo pueblo abandonado
tampoco es muy fiable: trama tocar
la campanada de las trece.
Una lluvia antediluviana sale de las nubes de polvo.
Los grandes bosques socarrones se tiran de las ramas,
al tiempo que los rudos granitos se empujan mutuamente
y no saben donde ponerse para no estorbar.
Van a dar las trece,
con las características de: la una del mediodía.
¡Ay! Ésa no es la hora legal.


Nocturnos nº 4 a nº 6

This entry was posted on 02 septiembre 2010 at 20:19 and is filed under , , , . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

1 comentarios

Anónimo  

Me ha gustado la poesía pero aun más la musica.

Saludos
Patricia.

10 de septiembre de 2010, 16:41

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