Lord Byron

Posted by Arabella in ,

CANCIÓN DEL CORSARIO
En su fondo mi alma lleva un tierno secreto
solitario y perdido, que yace reposado;
mas a veces, mi pecho al tuyo respondiendo,
como antes vibra y tiembla de amor, desesperado.

Ardiendo en lenta llama, eterna pero oculta,
hay en su centro a modo de fúnebre velón,
pero su luz parece no haber brillado nunca:
ni alumbra ni combate mi negra situación.

¡No me olvides!... Si un día pasaras por mi tumba,
tu pensamiento un punto reclina en mí, perdido...
La pena que mi pecho no arrostrara, la única,
es pensar que en el tuyo pudiera hallar olvido.

escucha, locas, tímidas, mis últimas palabras
-la virtud a los muertos no niega ese favor-;
dame... cuanto pedí. Dedícame una lágrima,
¡la sola recompensa en pago de tu amor!...


CUANDO NOS SEPARAMOS
Cuando nos separamos
en silencio y con lágrimas,
con el corazón medio roto,
para apartarnos por años,
tu mejilla se tornó pálida y fría
y tu beso aún más frío...
Aquella hora predijo
en verdad todo este dolor.
El rocío de la mañana
resbaló frío por mi frente
y fue como un anuncio
de lo que ahora siento.

Tus juramentos se han roto
y tu fama ya es muy frágil;
cuando escucho tu nombre
comparto su vergüenza.
Cuando te nombran delante de mí,
un toque lúgubre llega a mi oído
y un estremecimiento me sacude.
¿Por qué te quise tanto?
Aquellos que te conocen bien
no saben que te conocí:
Por mucho, mucho tiempo
habré de arrepentirme de ti
tan hondamente,
que no puedo expresarlo.

En secreto nos encontramos,
y en silencio me lamento
de que tu corazón pueda olvidar
y tu espíritu engañarme.
Si llegara a encontrarte
tras largos años,
¿cómo habría de saludarte?
¡Con silencio y con lágrimas!


HUBO UN TIEMPO...¿RECUERDAS?
Hubo un tiempo... ¿recuerdas? su memoria
vivirá en nuestro pecho eternamente...
Ambos sentimos un cariño ardiente;
el mismo, ¡oh virgen! que me arrastra a ti.

¡Ay! desde el día en que por vez primera
eterno amor mi labio te ha jurado,
y pesares mi vida han desgarrado,
pesares que no puedes tú sufrir;

Desde entonces el triste pensamiento
de tu olvido falaz en mi agonía:
olvido de un amor todo armonía,
fugitivo en su yerto corazón.

Y sin embargo, celestial consuelo
llega a inundar mi espíritu agobiado,
hoy que tu dulce voz ha despertado
recuerdos, ¡ay! de un tiempo que pasó.

Aunque jamás tu corazón de hielo
palpite en mi presencia estremecido,
me es grato recordar que no has podido
nunca olvidar nuestro primer amor.

Y si pretendes con tenaz empeño
seguir indiferente tu camino...
Obedece la voz de tu destino
que odiarme puedes; olvidarme, no.

This entry was posted on 04 abril 2009 at 14:53 and is filed under , . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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