Charlotte Lennox - "La mujer Quijote"

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Mucha gente cree que mi nombre, "La mujer Quijote", es algún tipo de homenaje al personaje de Cervantes. Nada más lejos de mi intención. Mi nombre, Arabella de Inglaterra, alias "La mujer Quijote", es el personaje que da título a una novela de Charlotte Lennox.
El nombre de Charlotte Lennox puede sonar a muchos desconocido, pero fue una importante novelista inglesa del siglo XVIII (aunque hay quien situa su nacimiento en las colonias americanas, lo que la convertiría en la primera novelista norteamericana).
Con 22 años Charlotte había publicado un poemario provocador y una primera novela (The Life of Harriot Stuart, Written by Herself). Entonces, dando la vuelta a Cervantes escribió The Female Quixote (La mujer Quijote, Londres: 1752). La talentosa y precoz jovencita, embebida de lecturas y deseos de ficción, nos relató una historia disparatada, enternecedora pero compleja sobre el problema del conocimiento, desde la perspectiva inglesa.
Arabella, una hermosa joven, dotada de virtudes físicas e intelectuales, considera que vive en un mundo de romance histórico al estilo de los libros importados de Francia, ficciones tan o más nocivas que los propios libros de caballería quijotescos. Asume el rol de una heroína en constante peligro, pero también constantemente acosada y requerida por todos los hombres del mundo, potenciales pretendientes indeseados a quienes debe rechazar sin herirlos porque, siguiendo el modelo de sus lecturas, podrían suicidarse en su presencia clavándose un estoque o morir de intensas fiebres. El asunto se torna más complicado cuando su padre planea casarla con Charles Glanville, un primo que se propone enamorarla, pero no puede evitar perder la paciencia cada vez que los malentendidos, provocados por el tamiz intelectual de Arabella , lo dejen en posición de villano. A lo largo de la novela, nuestra protagonista, aleación de Quijote y Dulcinea, huirá de falsos secuestros, debatirá sobre historia universal, crispará los nervios deGlanville con ocurrencias fuera de foco e instalará entre los demás personajes una extrañeza y admiración tan contagiosa que el mismo lector olvida que su mente se encuentra regida por el discurso irreal de los romances franceses.
El malentendido es un recurso preferido en la comedia de situaciones. Los personajes cruzan versiones erróneas, la habilidosa ambigüedad, producto del complicado discurso de la protagonista, confunde a quienes la rodean al punto de condicionar sus acciones.Arabella termina construyendo la realidad de su entorno, la ficción triunfa sobre el mundo, el lenguaje de nuestra ingeniosa hidalga de 17 años invierte el orden de cualquier funcionamiento. CuandoArabella le ruega a una dama relatarle sus grandes aventuras, ignora que el término tiene un significado ignominioso, figurado, opuesto al sentido llano.Arabella es una aventurera, pero tanto en el nivel de la lengua, como al escoger un medio de interpretar la realidad, se opone al sentido común, al balido del resto, al soporífero consenso de la sociedad londinense.
La novela es divertidísima y una es lectura ineludible para quienes estén dispuestos a sonreír.
En este blog yo también creo mi mundo paralelo, con mis obsesiones y mis deseos, con aquello que yo creo que es real y tal vez sólo sea fantasía. Seguramente, como le ocurre a Arabella, a muchos les confundirán mis gustos, mis opiniones. Quiero creer que yo soy menos inocente.
Además, siento predilección por la novela inglesa del siglo XVIII: Henry Fielding, Jonathan Swift, Daniel Defoe, Tobias Smollet, Ann Radcliffe, Mary Shelley, Horace Walpole, Jane Austen o el enorme entre los grandes, Laurence Sterne. Ningún otro personaje femenino de esa época se ajustaba a lo que yo quería, ni Moll Flanders, ni Pamela, ni Shamela.
Espero que haya quedado más o menos claro el porqué de mi nombre.
Dicho queda.

This entry was posted on 05 septiembre 2008 at 18:49 and is filed under , . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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