Osip Mandelstam

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Aunque nació en Polonia, es uno de los grandes poetas rusos del siglo XX. Sus inicios están en el acmeísmo, la derivación del simbolismo ruso que se enfrentó a él. Sin embargo luego su obra caminó hacia una síntesis del simbolismo, el futurismo y el propio acmeísmo. Un poema contra Stalin le costó el destierro a Voronezh. Un tiempo después fue condenado a un campo de trabajo en el que murió. Amigo de Anna Ajmátova, a quien le dedicó su primer poemario, La piedra ("A Anna Ajmátova, llamarada de conocimiento en días inmemoriales."), hablaba de poesía, en palabras de la propia Ajmátova, de manera espléndida y subjetiva y era sorprendentemente injusto por ejemplo con Blok, de Pasternak decía "he pensado tanto en él que hasta me he cansado" y "estoy seguro de que no ha leído ni una sola línea mía" y de Marina "soy anti-Tsvietáieva".
Estos poemas pertencen a "Cuadernos de Voronezh", obra escrita durante su destierro.


Me asombra el mundo cada vez más...
Me asombra el mundo cada vez más,
y los niños y la nieve me asombran;
Pero la sonrisa es verdadera, como el camino,
ni dócil, ni servil.


Con la soga se hundió en el agua oscura...
Con la soga se hundió en el agua oscura
el cubo de las grandes tormentas,
desde la hacienda noble
hasta el núcleo del océano.

Se hundió la estaca,
cuidadosa y amenazante, se hundió...
¿Ves?: el cielo está más alto,
una nueva construcción, casa y tejado,
y en la calle brilla el sol.


Todavía no estás muerto. Todavía no estás solo...
Todavía no estás muerto. Todavía no estás solo.
Con tu amiga la mendiga
gozas de la grandeza de las llanuras,
de la niebla, del frío y de la nevada.
Vive tranquilo y consolado
en la pobreza opulenta, en la miseria poderosa.
Son benditos los días y las noches
y es inocente la fatiga dulce y sonora.
Infeliz aquel que, como su sombra,
teme el ladrido y maldice al viento.
Y miserable aquel que, medio muerto,
pide limosna a su propia sombra.


Canto con la garganta mojada y el alma seca...
Canto con la garganta mojada y el alma seca,
la mirada húmeda, limpia la conciencia.
¿Es bueno este vino? ¿Están bien estos odres?
¿Es buena la agitación en la sangre de Cólquida?
El pecho, sin lengua, calladamente es oprimido,
yo no canto, canta mi aliento.
El oído enfundado en un verdugo y la cabeza sorda,
el canto desinteresado es su propio elogio...

Consuelo para los amigos y brea para los enemigos:
El canto de un solo ojo, ensombrecido por el musgo.

El don de la voz de un cazador
que a caballo por las cumbres, con libre y
abierto aliento, canta,

Preocupado sólo por llevar al altar
a las doncellas, con honradez
y enojo, sin pecado.

This entry was posted on 05 junio 2010 at 19:26 and is filed under , . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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