Ursula K. Le Guin - "Paraisos perdidos"

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Ursula K. Le Guin ha escrito poesía, novela, libros infantiles, ensayo y crítica literaria. En su obra es fácil encontrarse con referencias a su feminismo militante o a ideas anarquistas. Es también traductora de español y chino al inglés. Para quien lea en inglés, un interesante artículo de Ursula, publicado en The Guardian, sobre Margaret Atwood y la ciencia ficción.

POESÍA
Cuando tenía catorce años, Hsing escribió un poema para una tarea de español. Lo escribió en los dos idiomas que conocía. En español decía así:
En la Generación Cinco
El abuelo de mi abuelo caminó bajo el cielo
en otro mundo.
Cuando yo sea abuela, según dicen, tal vez camine bajo el cielo
en otro mundo.
Pero ahora vivo feliz aquí, en mi mundo,
en medio del cielo.
Había estado aprendiendo chino con su padre desde los nueve años. Habían leído juntos a algunos de los clásicos. Papá sonrió cuando leyó el poema en chino, cuando leyó los caracteres “bajo el cielo”, “t’ien hsia”. Ella vio su sonrisa y se sintió feliz, orgullosa de su erudición y enormemente honrada de que Yao lo hubiera reconocido, de que compartieran ese pacto casi secreto, casi privado.
La maestra le pidió que leyera su poema en voz alta en ambos idiomas el Día de Clase del primer trimestre ante los alumnos de segundo año de secundaria. Al día siguiente, el editor de Cuad-4, la revista literaria más famosa del mundo, la llamó y le preguntó si podía publicarlo. La maestra se lo había hecho llegar y él quería que saliera en el audio.
–Tiene que ser con tu voz –le dijo. Era un hombre alto, barbudo, 4-Bass Abby, imperioso y dogmático, un dios. Se portaba muy grosero con todos los demás, pero amable con ella. Cuando ella se equivocó durante la grabación, simplemente dijo:
–Empieza otra vez, poeta, y tómalo con calma –y ella así lo hizo.
Durante un tiempo pareció que, estuviera donde estuviera, escuchaba su propia voz saliendo de las bocinas: “Cuando yo sea abuela, según dicen...”, y algunas personas de la escuela que apenas conocía le decían:
–Oye, escuché tu poema. Qué maravilla.
A todos los ángeles les gustó mucho, y se lo dijeron.
Ella iba a ser poeta, por supuesto. Iba a ser buenísima, como 2-Eli Ali. Sólo que en lugar de poesías cortas, oscuras e incomprensibles, como las de Eli, escribiría un enorme poema narrativo sobre... en realidad el problema era de qué tendría que tratar. Podría ser una grandiosa epopeya histórica sobre la Generación Cero. Se llamaría Génesis. Durante una semana estuvo emocionada, pensando todo el tiempo en eso. Pero para hacerlo tendría que aprenderse toda la historia que apenas estaban viendo superficialmente en Historia. Tendría que leer cientos de libros. Y tendría que meterse en el Vi-Dichu para sentir cómo había sido vivir ahí. Pasarían varios años antes de que pudiera siquiera empezar a escribirlo.
Tal vez podía escribir poemas de amor. Había muchísimos poemas de amor en la antología de Poesía Mundial. Le parecía que no era necesario estar realmente enamorado de alguien para escribir un poema de amor. Tal vez, en realidad, si uno estuviera realmente, seriamente, enamorado, eso interferiría con la poesía. Una especie de anhelo, de adoración sin exigencias, como lo que sentía hacia Bass Abby, o hacia Rosa en el colegio, tal vez serían un buen punto de partida. Así es que escribió unos cuantos poemas de amor, pero por alguna razón le dio vergüenza enseñárselos a su maestra, y solamente se los enseñó a Luis. Luis siempre había actuado como si no creyera que ella fuera poeta. Tenía que demostrarle que sí.
–Éste me gusta –dijo Luis. Hsing se asomó para ver cuál era.
¿Qué es esa tristeza tuya
que sólo veo en tu sonrisa?
Me gustaría poder sostener tu tristeza
entre los brazos, como un niño dormido.
A ella no le había parecido gran cosa, era tan corto; pero ahora le pareció mejor de lo que había pensado antes.
–Es sobre Yao, ¿no? –dijo Luis.
–¿Sobre mi papá? –dijo Hsing, tan escandalizada que sintió que las mejillas le ardían–. ¡No! ¡Es un poema de amor!
–¿Pues qué otra cosa amas muchísimo además de a tu papá? –le preguntó Luis en su insoportable tono llano.
–¡A muchísimas personas! Y el amor es... ¡Hay distintos tipos...!
–¿Distintos tipos? –Luis levantó la cara para mirarla. Pareció reflexionar–. No dije que fuera un poema sobre sexo. No creo que sea un poema sobre sexo.
–Eres bien raro, tú –dijo Hsing. Le arrebató la libreta de un tirón brusco y hábil y cerró la carpeta Poemas originales de 5-Liu Hsing–. ¿Qué te hace pensar que sabes algo de poesía, además?
–Sé más o menos tanto como tú –dijo Luis con su franqueza petulante–. Pero no puedo escribirla. Tú sí puedes. A veces.
–¡Nadie puede escribir poemas extraordinarios todo el tiempo!
–Bueno –el corazón de Hsing se hundía cada vez que él decía “bueno”–, tal vez no literalmente todo el tiempo, pero los buenos alcanzan un promedio sorprendentemente alto. Shakespeare y Li Po y Yeats y 2-Eli...
–¿Y yo para qué quiero ser como ellos? –chilló Hsing.
–No quise decir que tenías que ser como ellos –dijo él tras una corta pausa y en otro tono. Se había dado cuenta de que tal vez la había lastimado y eso lo entristecía. Cuando se entristecía se volvía dulce. Ella sabía exactamente lo él que estaba sintiendo, y por qué, y lo que haría, y conocía también la feroz y angustiosa ternura hacia él que le estaba brotando de adentro, una ternura que dolía, como un moretón.
–Qué importa. Todo esto me tiene sin cuidado de todas maneras. Las palabras son demasiado ambiguas. Me gustan las matemáticas. Vamos al gimnasio a ver a Lena.
Mientras corrían por los pasillos se le ocurrió a Hsing que de hecho el poema que le había gustado a Luis no se refería a Rosa, como ella había pensado, ni a su padre, como él había pensado, sino a él, a Luis. Pero era bien estúpido, de todas maneras, y no importaba. Qué más daba que no fuera como Shakespeare; le encantaban las ecuaciones cuadráticas.

This entry was posted on 09 septiembre 2009 at 19:31 and is filed under , . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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