¿Vives allí? Allí. Tuve que mirar a donde ella señalaba. El tercer piso, la pintura descarapelada, los barrotes que Papá clavó en las ventanas para que no nos cayéramos. ¿Vives alli? El modito en que lo dijo me hizo sentirme una nada. Allí. Yo vivo allí. Moví la cabeza asintiendo. Desde ese momento supe que debía tener una casa. Una que pudiera señalar. Pero no esta casa. La casa de Mango Street no. Por mientras, dice Mamá. Es temporario, dice Papá. Pero yo sé cómo son esas cosas.
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13 mayo 2011
Mayra Santos-Febres - "La venganza de las sirenas"
Porque no pudieron salvar a Perséfone del rapto de Hades, las Oceánidas fueron castigadas. Convertidas en terrible animal, mitad mujer, mitad pez. ¿Qué iban a hacer ellas, pobres ninfas, contra dios tan tenebroso? Pero ahora que son monstruos, tienen poder.
Si los hombres caen presa de sus cantos, ellas se los comen. De algo hay que alimentarse. Pero el plan de las Sirenas es otro. El plan es salvar a todas las mujeres de los raptos de los hombres. Que no lleguen con sus barcos a robarlas, a someterlas al terrible cautiverio del hogar. Las sirenas, en verdad, tan sólo cumplen la encomienda que cuando ninfas no pudieron encarar.
De paso, responden a las secretas plegarias de Penélope.
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