Y van... Rue McClanahan, mejor dicho, Blanche Deveraux, el nombre por el que siempre la recordaré, ha fallecido. Sí, es inevitable, si quienes éramos jóvenes en aquella época hemos envejecido mucho, quienes no eran ya tan jóvenes se han hecho muy mayores y sus cuerpos empiezan a fallar. En menos de dos años, tres de las cuatro chicas de oro nos han dejado. Iconos de una época y demostración irrefutable de que en televisión también había talento, mucho talento.
¿Vives allí? Allí. Tuve que mirar a donde ella señalaba. El tercer piso, la pintura descarapelada, los barrotes que Papá clavó en las ventanas para que no nos cayéramos. ¿Vives alli? El modito en que lo dijo me hizo sentirme una nada. Allí. Yo vivo allí. Moví la cabeza asintiendo. Desde ese momento supe que debía tener una casa. Una que pudiera señalar. Pero no esta casa. La casa de Mango Street no. Por mientras, dice Mamá. Es temporario, dice Papá. Pero yo sé cómo son esas cosas.
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04 junio 2010
Rue McClanahan
Y van... Rue McClanahan, mejor dicho, Blanche Deveraux, el nombre por el que siempre la recordaré, ha fallecido. Sí, es inevitable, si quienes éramos jóvenes en aquella época hemos envejecido mucho, quienes no eran ya tan jóvenes se han hecho muy mayores y sus cuerpos empiezan a fallar. En menos de dos años, tres de las cuatro chicas de oro nos han dejado. Iconos de una época y demostración irrefutable de que en televisión también había talento, mucho talento.
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