La verdad, prefiero ser una atea necia que una creyente tan razonable como este buen señor.
¿Vives allí? Allí. Tuve que mirar a donde ella señalaba. El tercer piso, la pintura descarapelada, los barrotes que Papá clavó en las ventanas para que no nos cayéramos. ¿Vives alli? El modito en que lo dijo me hizo sentirme una nada. Allí. Yo vivo allí. Moví la cabeza asintiendo. Desde ese momento supe que debía tener una casa. Una que pudiera señalar. Pero no esta casa. La casa de Mango Street no. Por mientras, dice Mamá. Es temporario, dice Papá. Pero yo sé cómo son esas cosas.
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23 enero 2009
Babayada del día (XI)
Hay quien ha visto el vídeo y dice que el señor que habla ha bebido. Yo dudo entre la bebida, pegamento esnifado de mala calidad, lametones a la piel de algunos sapos o algún tipo de seta tóxica.
La verdad, prefiero ser una atea necia que una creyente tan razonable como este buen señor.
La verdad, prefiero ser una atea necia que una creyente tan razonable como este buen señor.
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