Julia Rodríguez - "RENO"

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Actriz, dramaturga, guionista, novelista y cuentista mexicana. Sus cuentos abarcan temas que van desde el terror, la muerte hasta el amor, pero siempre con cierta ironía y sarcasmo. Sus cuentos han aparecido en muchas revistas como Excelsior o Plural.
Este cuento está recogido en la antología de cuento negro mexicano "México negro y querido" de 2011.




BUENOS AIRES

Un maldito sábado me quedé de ver con mi carnal de la infancia, el Floren, así lo apodamos por ser nativo de Florencia, municipio de Tejeringo el Chico —no, no se crean, sólo me los estaba chamaquiando—; con mi compadre, Chente, al que no veía desde que le bauticé el chiquito, no, no es cierto; con mi primo Teobaldo, alias el Clon; su cuñado de él, mejor conocido como el Pirañas, y otro a quien no conocía, mayor que todos nosotros y tan grandote y trompudo que da miedo, apodado San Beni, y ya en confianza San. Nuestros nimbos personales, o sea donde vivimos a ratos, son la Buenos Aires, la Obrera, la Tránsito y un poco de la zona apache del centro.
Y es que te hartas tanto de pensarle cómo sacar el chivo, que entonces pones cara seria y la pides de lo que sea, de barredor, peón de maestro albañil, electricista expontáneo, de torero vendiendo alfileres, de velador, polecía bancario, no, eso no, porque has de llevar la famosa solecitú en la que andas poniendo todos tus nombres con sus adjetivos, si tienes o no antecedentes penales, si tuviste la varicela, desde cuándo no chambeas y por qué, qué dijo el último patrón, si trais carta de recomendación y en qué te la has rifado en los últimos cinco años, no, pos así no, porque si así fuera, qué necesidá tan necia sería andar haciendo cola pa' la pinche chamba que ni quieren darte pues.
Porque vivir en la ciudad de México, la Capirucha, el Defe, como prefieran, vivir, digo, allí, pero fuera de las colonias bonitas: la Del Valle, la Florida, San José Insurgentes, San Ángel, Polanco, Las Lomas y ahoy la Santa Fe, ésa que se quiere agandallar el trinchón de Telmex, con tody terrenos donde hace añales viven pobres muertos dihambre, pa' convertirla en el Béberlijils del Defe, me cai, es como hacer tu pidnic en el Periférico o de perdis meterte en sentido contrario en Calzada de Tlalpan.
Quedamos de vernos en La Poblana, una cervecería y salón familiar en la Doctores. Contentos de volvemos a juntar y ya bien inflados, nos juramentamos a la mosquetero y decidimos quitarnos de muertos dihambre, ora sí que parirnos por la libre.
Está duro no ser enquilino de las colonias nais, a excepción de Tepito, que le falta un cachitito pa' ser un estado de gandules dentro de otro estado de lo mesmo. Ser de los marginales es igual a cero chamba. Es en veces agua, en veces alimento; es colgarse de los postes de luz pa' tansiquiera poder ver la tele o mínimo saber qué cuerpos pisaste por las noches antes de tumbarte moribundo de sueño. Es caerle en la calle de borracho o pasado o de gane poder cagarte allí mento si te orillan las tripas. Es frío y harto calor, inundaciones, deslaves, hundimientos de tierra, según la estación del año y lugar; es la eterna ausencia de la autoridá, como no sea pa' pirañearnos. Es, me cai, la pura chinga.
Pasado el tiempo y ya organizados, dos del grupo empezamos a rifárnosla con la clientela en el metro Allende, la estación Chabacano, la Portales o Pino Suárez. Conforme íbamos conociendo el terreno, nos poníamos a manopla con los tirabuzones y todos en paz y beatitú. Como a mi compadre Chente no le gustan las aglomeraciones, porque empieza sudysude, siente sofoco, se le cierra la garganta y ve nublado, no asistía al intercambio de bienes, pero no hay Tifón, todos nos alivianábamos y cualquiera de nosotros lo suplía. Él, junto con el Pirañas, prefieren los negocios a la salida de los cajeros automáticos, en las colonias "bonitas". Ahí se come bien, dice el Pirañas: poca gente, muy civilizada y no hay por qué alterase, los clientes siempre cooperan, o sea, aguantan los mordiscos. Mi primo Teobaldo es el as de la donación de buti clase de tarjetas y nos ha reportado buenos devidendos. El Floren se dedica a partes de autos y a la duplicación de lo que pida el comprador y saca regalías pa' todorcio, siempre alcanzó pa' los seis. Yo servía de asistente estrella de cualquiera de ellos según se iba cargando el trabajo, eso sí, a toda hora con San Beni cual guardaespaldas de cada equipo durante los operativos.
Yo, la mera neta, en un tiempo pasado, muy pasado, le entré a todano pa' sacar el bisté. Uno comoquiera tiene sus compromisos: que si con la mamacita, con los hermanos, las viejas, y si te acomodas con alguna, pos la de pleitos por las deudas con los suegros, los cuñados y el montón de problemas y un chingo más con los mocosos que trajo la fulana a la convivencia. Son, mínimo, las canastas básicas o con suerte los vales. Son los pañales, las mamilas, las vacunas, las escuelas, si alcanzan lugar los chamacos. Son los libros, los cuadernos, los lápices. Son los pasajes, los trapos, la diversión, la fiesta de quince, el casorio, los difuntos y ya me cansé. Creo que por eso pasó lo que pasó.
Pero comoquiera que sea, nuestra pequeña empresa iba funcionando sobre rieles aceitados y nuestro modo de ver el mundo empezó a cambiar. Yo me reía por cualquier cosa, San Beni comenzó a jugar con el nieto que, endenantes, harto se le antojaba lanzar por el balcón (¿cuál?). Floren se consiguió la vieja más chipocluda de allá de su barrio; levántó tanta envidia del personal de la Buenos Aires que hasta tuvo que arreglarse un vocho pa' su uso privado con tal de que no siguieran escupiéndole obscenidades al paso de su bizcocho. El San pudo al fin pagarse su gimnasio con el odjetivo de mantenerse en forma, y a Cliente, mi compadre, lo aceptó de vuelta su mujer. Qué más se puede pedir.
Pero, ya se sabe, nunca falta la mosca en la sopa o el prietito en el arroz, y San Beni se encabronó con un rufián de por su cantón, que comenzó a pasar el chisme de que era puto y por eso lo del cuidado de los bíceps y los tríceps. Nunca me imaginé que San Beni, con su trompa y su tamañote, saliera tan vengativo. Con nosotros era un alma de Dios, jamás levantó la voz, nunca malas palabras. Nos decía "muchachos, qué necesidá tienen de hablar cuales carretoneros y escupir como tamemes", muy decente él, sumamente amable, hasta se lavaba las manotas cuando iba al mingitorio. Eso sí, mal bebedor, pero bien habilidoso con las manos; seguido se me figuró bordadora de lujo por lo bien y bonito que te armaba o desarmaba lo que se ofreciera con sus dedos gordos, que se me figuraban de filigrana. Cuando se le pasaban los tragos le daba por platicar de su juventú de niño bien. Vayan ustedes a saber qué cosas podridas lo perseguían desde su pasado de yunior venido a uno menos uno. El caso es que se quiso desquitar del fulano por medio de su torta, dizque con el odjeto de parar los chismes.
Una maldita noche nos llamó de testigos a un taller mecánico abandonado en uno de los barios que les digo. Era casi madrugada. Había logrado grillarse a la piruja, muy chaparrita ella, pero bonita de su cara, y al tienen que la sacó de un bar. Le dijo: "traigo un mensaje de vida o muerte pa' tu camote", no, pos así quién no. Total, ya en el lugar, el asunto se calentó tantísimo que al rato nos fue tocando turno, pero después...
No quiero acordarme de lo que pasó después, pues lo que sea de cada quien, al final, San Beni mostró ser más cabrón que bonito y no hubo más remedio que ponemos a resolver el dilema de cómo deshacemos del mugrero. Y ahí nos tienen, alterados y medio dormidos buscando lo necesario parese fin.
De no haber sido por el güey de mi primo el Clon -el muy tarado se puso a hacer arreglos con la chisme caliente de su cuñada, que vende tamales a la salida del metro Coyoacán—, no estaría aquí, en Reno, que ni a Cereso llega, y con el miedo horrible de quedarme dormido en contacto directo con el cuerpo de mis compas de suerte y su olor. Es un hedor que, les juro por mi mamacita, no falla en llevarme a la misma pesadilla con mis cuais, haciéndome tragar a fuerza tamales chiapanecos con uñitas pintadas.



Nota.- RENO es el nombre coloquial de la prisión "Reclusorio Preventivo Norte" en Ciudad de México.

This entry was posted on 01 marzo 2016 at 21:15 and is filed under , . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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