Anne Sexton (II)

Posted by La mujer Quijote in ,

Una de las grandes poetas estadounidenses. Fue enmarcada con su amiga Sylvia Plath dentro de la poesía confesional. Como indica Maxine Kumin, gran amiga de Sexton y también poeta, en esa época se consideraba que las mujeres sólo eran capaces de hacer poemas domésticos, poemas sobre mariposas y nubes. Pero en ese rígido ambiente Anne Sexton habló de menstruación, de masturbación, de homosexualidad, de drogas. Todo eso supuso ponerse a la mayoría de la crítica, básicamente masculina, en contra, aunque otra parte de la crítica, la femenina, fue laudatoria. Kumin también considera que las mujeres poetas actuales tienen una deuda con Sexton por colonizar nuevos territorios sacudiendo tabúes.
Querer morir
Me preguntas pero casi nunca puedo recordar.
Yo camino con mi ropa, impoluta de ese viaje.
Luego, el deseo casi innombrable vuelve.

Incluso entonces nada tengo contra esta vida.
Conozco bien las briznas de hierba que mencionas,
Los muebles que has puesto bajo el sol.

Pero los suicidas tienen un lenguaje especial.
Como carpinteros quieren conocer con qué herramientas.
No preguntarán por qué construir.

Me he afirmado dos veces con facilidad,
he poseído al enemigo, he comido al enemigo,
he aprendido su arte y su magia.

De esta forma, densa y reflexiva,
más caliente que el aceite o el agua,
he descansado, baboseando por la boca de la máscara.

No pensaba en mi cuerpo ante la aguja.
Incluso había olvidado la córnea y aquellos restos de orina.
Los suicidas ya han traicionado al cuerpo.

Nacidos muertos, no se matan siempre,
pero deslumbrados, no olvidan una droga dulce,
tan dulce que hasta los chiquillos mirarían y sonreirían.

¡Toda esta vida escondida en tu lengua!,
eso, se convierte en pasión.
La muerte es un triste hueso, magullado, me diríais

y, sin embargo, ella me espera, año a año,
para deshacer con sutileza una vieja herida,
para extraer mi aliento de su horrible cárcel.

Allí, en equilibrio, los suicidas se encuentran,
arrasando fruta, una luna hinchada,
dejando el pan que equivocaron por un beso,

dejando abierto el libro por descuido,
algo no hablado, el teléfono descolgado
y el amor, no importa lo que fuera, una infección.
Versión de Julio Mas Alcaraz


El asesino
La muerte correcta está escrita.
Colmaré la necesidad.
Mi arco está tenso.
Mi arco está listo.
Soy la bala y el garfio.
Estoy amartillada y dispuesta.
En mi alza lo tallo
como un escultor. Moldeo
su última mirada hacia todos.
Cambio sus ojos y su cráneo
constantemente de posición.
Conozco su sexo de macho
y lo recorro con mi dedo índice.
Su boca y su ano son uno.
Estoy en el centro de la emoción.

Un tren subterráneo
viaja a través de mi ballesta.
Tengo un cerrojo de sangre
y lo he hecho mío.
Con este hombre tengo en mis manos
su destino y con este revólver
tengo en mis manos el periódico y
con mi ardor tomaré posesión de él.
Se inclinará ante mí
y sus venas saldrán en desorden
igual que niños... Dame
su bandera y sus ojos.
Dame su duro caparazón y su labio.
Él es mi mal y mi manzana y
lo acompañaré a casa.
Versión de Jonio González y Jorge Ritter


Nota de suicidio
Usted me habla de narcisismo pero le respondo que es
asunto mío. . . Artaud
En este momento permítame dejar en herencia todos los restos
a mis hijas y sus hijas. . . Anónimo

Mejor,
a pesar de los gusanos hablando con
la pezuña de la yegua en el campo;
mejor,
a pesar de la temporada de chicas jóvenes
dejando caer su sangre;
mejor de alguna manera
dejarme caer rápidamente
en una vieja habitación.
Mejor (dijo alguien)
no nacer
y mucho mejor
no nacer dos veces
a los trece años
cuando la pensión, cada año un dormitorio, se incendió.

Querido amigo,
tendré que hundirme con cientos de otros
en un montacargas al infierno.
Seré una cosa liviana.
Entraré en la muerte
como las gafas perdidas por alguien.
La vida está medio agrandada.
Los peces y los buhos son hoy feroces.
La vida se inclina hacia atrás y adelante.
Incluso las avispas no encuentras mis ojos.

Sí,
ojos que fueron inmediatos una vez.
Ojos que han estado de verdad despiertos,
ojos que contaron la verdad completa -
pobres animales tontos.
Ojos que fueron pinchados,
pequeñas cabezas de clavos,
disparos de un azul tenue.

Y una vez con
una boca como una taza,
del color de la arcilla o de la sangre,
abierta como un rompeolas
para el océano perdido
y abierta como la soga
para la primera cabeza.

Erase una vez
tenía hambre de Jesús.
¡Oh mi hambre! ¡Mi hambre!
Antes de que envejeciera
entró con calma en Jerusalén
en busca de la muerte.

Esta vez
desde luego,
no pido comprensión
y, sin embargo, espero que todos los demás
vuelvan sus cabeza cuando un pez salte espontáneo
sobre la superficie del lago Eco;
cuando la luz de la luna,
su nota grave a todo volumen,
dañe algún edificio en Bostón,
cuando los verdaderamente bellos yazcan juntos.
Pienso sobre esto, sin duda,
y pensaría mucho más tiempo
si no estuviera...si no estuviera
al lado de aquel viejo fuego.

Podría admitir
que soy sólo una cobarde
lloriqueando yo yo yo
y no mencionar las moscas, las polillas,
obligadas por las circunstancias
a chupar de la bombilla.
Pero seguramente sabes que toda persona tiene una muerte,
su propia muerte,
esperándola.
Así que me iré ahora
sin la vejez o enfermedad,
salvaje pero acertadamente,
a sabiendas de mi mejor camino,
transportada por ese burro de juguete que monté todos estos años,
sin preguntar nunca, '"¿Dónde vamos?"
Íbamos (si lo hubiera sabido)
a esto.

Querido amigo,
por favor no pienses
que me imagino guitarras tocando
o a mi padre arqueando su hueso.
Ni siquiera espero la boca de mi madre.
Sé que he muerto antes -
una vez en noviembre, una vez en junio.
Qué extraño elegir junio de nuevo,
tan preciso con sus verdes pechos y vientres.
¡Por supuesto que las guitarras no tocarán!
Las serpientes seguro que no se darán cuenta.
A la ciudad de Nueva York no le importará.
Por la noche los murciélagos golpearán, en los árboles,
sabiéndolo todo,
viendo lo que percibieron durante todo el día.
Versión de Julio Mas Alcaraz

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4 comentarios

Dentro de mis reconocidas limitaciones poéticas, Plath hace tiempo que merodea. En una época, de mi vida "Ariel" solía ir conmigo. Pero a diferencia de lo que me ocurre con otro tipo de escritores, no he sondeado a las relaciones de los poetas que me gustan. Esta puede ser una oportunidad. Interesantes poemas.

15 de febrero de 2011, 4:49

Pues espero que la oportunidad te lleve a buen fin. Yo creo que si te gusta Plath te gustará Sexton, son muy parecidas en ciertos aspectos, tal vez Sexton sea más simbolista y difícil de seguir a veces.

15 de febrero de 2011, 8:03

Pués qué casualidad! Lo último que me han regalado ha sido de la Sexton. Me apetece profundizar pero con algo de miedo por otra parte por aquello del pesimismo. Saludos

15 de febrero de 2011, 17:22

Hola "la prima...". Pues sí, Sexton no es precisamente la "alegría de la huerta", aunque la verdad, de las grandes poetas estadounidenses, ninguna lo es, sólo hay que ver a Plath o a Dickinson. De todas formas, no creo que haya que tenerles miedo.
Saludos

15 de febrero de 2011, 19:48

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