Daniil Charms - "El caballero"

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Alexei Alexeievich Alexeyev era un verdadero caballero. Por ejemplo, mirando desde un tranvía un buen día, vio como una dama tropezaba en la acera y dejaba caer una lámpara de cristal desde su bolsa de compras. Se hizo pedazos inmediatamente. Alexei Alexeievich, deseando ayudar a la dama, decidió sacrificarse y saltó del tranvía en movimiento; cayó sobre una roca y se partió la cara. Otra vez, vio como una dama enganchaba en un clavo su saya al subir a una cerca y no podía moverse ni adelante ni atrás. Alexei Alexeievich comenzó a sentirse tan agitado que, en su agitación, se sacó dos de sus dientes delanteros con la lengua. En pocas palabras, Alexei Alexeievich era un verdadero caballero, y no solamente con relación a las damas. Alexei Alexeievich podía sacrificar su vida con increíble facilidad por la Fe, el Zar y la Madre Patria, como demostró en 1914, al principio de la guerra con Alemania, gritando “Por la Madre Patria” mientras se lanzaba hacia la calle desde la ventana de un tercer piso. De milagro Alexei Alexeievich sobrevivió, escapando con algunas heridas menores. Como patriota de tan excepcional valía, pronto fue enviado al frente.
Allá, Alexei Alexeievich se distinguió por sus increíbles sentimientos elevados. Cada vez que decía las palabras “bandera”, “fanfarria”, o incluso “charreteras”, una lágrima se deslizaba por su semblante. En 1916, Alexei Alexeievich fue herido en el vientre y lo devolvieron a casa. Como inválido de Categoría I, Alexei Alexeievich no trabajaba y él se aprovechó de su tiempo libre para expandir sus sentimientos patrióticos al papel.
Un día, mientras conversaba con Konstantin Lebedev, Alexei Alexeievich pronunció su oración favorita: “Sufrí por la Madre Patria y arruiné mi vientre, pero existo por la fuerza de convicción de mi inconsciente retrospectivo”. “!Tonto!”, dijo Konstantin Lebedev, “Sólo un liberal puede rendir los servicios más altos a la Madre Patria”.
Por alguna razón, esas palabras se hundieron profundamente en el alma de Alexei Alexeievich, y en 1917 se llamaba a sí mismo un liberal que había arruinado su vientre por su tierra nativa.
Alexei Alexeievich le dio la bienvenida a la revolución con alegría, a pesar del hecho de perder su pensión. Por un tiempo Konstantin Lebedev le proveyó azúcar, chocolate, manteca enlatada y cereal. Pero cuando Konstantin Lebedev desapareció repentinamente hacia regiones desconocidas, Alexei Alexeievich tuvo que salir a mendigar a la calle. Al principio extendía su mano y decía, “Por el amor de Cristo, déle algo a quien arruinó su vientre por la Madre Patria”. Mas esto no tuvo éxito. Por lo que reemplazó la palabra “Madre-Patria” por “revolución”. Mas esto tampoco tuvo éxito. Entonces Alexei Alexeievich compuso una canción revolucionaria, y cuando veía a un hombre en la calle a quien él considerara dispuesto a desprenderse de dinero, echaba con dignidad su cabeza hacia atrás, y comenzaba a cantar orgullosamente:

¡Hacia las barricadas!
¡No preguntaremos la razón!
¡Por la libertad
nos mutilaremos y moriremos!

Alegremente, juntando los talones como los polacos, Alexei Alexeievich extendía su sombrero y decía, “Déme algo de dinero por amor a Cristo”. Esto tenía éxito, y Alexei Alexeievich raramente se iba sin comida.
Todo iba bien pero, en 1922, Alexei Alexeievich hizo amistad con cierto Ivan Ivanovich Puzyryov, que vendía aceite de girasol en el mercado Senny. Puzyryov invitó a un café a Alexei Alexeievich, le dio café de verdad y, mientras comían pastelitos, delinearon un asunto complicado. De esto Alexei Alexeievich sólo comprendió que él debía hacer algo también, por lo cual recibiría valuables provisiones de Puzyryov. Alexei Alexeievich dio su consentimiento y Puzyryov, a modo de estimulación, le dio bajo la mesa dos cajas de té y un paquete de cigarrillos Rajah.
Desde ese día, Alexei Alexeievich fue al mercado todas las mañanas para ver a Puzyryov. Tras recibir ciertos papeles de él con firmas falsificadas e innumerables sellos, tomaba un trineo, durante el invierno, o una carretilla, en el verano, y marchaba, como Puzyryov había ordenado, a distintas instituciones. Allá presentaba los papeles y recibía varias cajas, las cuales cargaba en su trineo o carretilla y, en la tarde, se las llevaba de regreso a Puzyryov a su apartamento.
Pero una tarde cuando Alexei Alexeievich llevó su trineo hasta el apartamento de Puzyryov, dos hombres, uno de ellos usando un abrigo militar, vinieron a él para preguntarle,“¿Es su nombre Alexeyev?” Entonces lo metieron en un auto y lo llevaron a prisión.
Durante el interrogatorio Alexei Alexeievich no entendió nada y solo dijo que él había sufrido por la patria revolucionaria. A pesar de eso, fue sentenciado a diez años de exilio en las regiones al norte de su patria. Cuando retornó de nuevo a Leningrado en 1928, Alexei Alexeievich retomó su negocio anterior. Parado en la esquina del Prospecto Voldarski, echaba con dignidad su cabeza hacia atrás, hacia chocar los talones, y comenzaba a cantar:

¡Hacia las barricadas!
¡No preguntaremos la razón!
¡Por la libertad
nos mutilaremos y moriremos!

Pero antes de que pudiera cantar dos veces, se lo llevaron en una camioneta, hacia alguna parte en dirección al Almirantazgo. Nunca mas se le volvió a ver.
Ésta es la breve historia del valeroso caballero y patriota Alexei Alexeievich Alexeyev.

This entry was posted on 06 agosto 2010 at 22:00 and is filed under , . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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