Rubem Fonseca - "Ciudad de Dios"

Posted by Arabella in ,

Fonseca es un novelista, cuentista, profesor universitario, periodista y guionista y crítico de cine brasileño. Está considerado uno de los más grandes escritores de Brasil. Es un narrador de lo siniestro. Crea su mundo a partir de todo tipo de delitos, personajes crueles, irónicos, ingenuos, víctimas y la sensación de que la gente va por la vida sin preocuparse demasiado por la justicia ya que su administración es una soberana tomadura de pelo (trabajó como policía tras terminar sus estudios universitarios). La corrupción, el asesinato, la traición, la violencia sin razón, la prostitución, la pornografía, la podredumbre de la sociedad en todas sus capas y estamentos, se erigen como forma de vida.
Es uno de los eternos candidatos al Nobel.

Su nombre es João Romeiro, pero es conocido como Zinho en la Ciudad de Dios, una favela en Jacarepaguá, donde controla el tráfico de drogas. Ella es Soraia Gonçalves, una mujer dócil y callada. Soraia supo que Zinho era traficante de drogas dos meses después de que empezaran a vivir juntos en un barrio de clase media alta en la Barra de Tijuca. “¿Te molesta?”, preguntó Zinho y ella contestó que ya había tenido en su vida un hombre dedicado al derecho que no pasaba de ser un canalla. En el barrio Zinho es conocido como vendedor de una firma de importaciones. Cuando llega una partida grande de droga a la favela, Zinho desaparece por unos días. Para justificar su ausencia Soraia dice a las vecinas que encuentra en el club de campo o en la piscina que la firma tiene viajando al marido. La policía anda tras él, pero sólo sabe su apellido, y que es blanco. Zinho nunca ha estado preso.
Esta noche Zinho ha llegado a casa después de pasarse tres días distribuyendo, en sus puntos, cocaína que envió su proveedor de Puerto Suárez, y marihuana que llegó de Pernambuco. Han ido a la cama. Zinho es rápido y rudo y luego de joder a la mujer le da la espalda y se duerme. Soraia es callada y sin iniciativa, pero Zinho la quería así, le gusta ser obedecido en la cama como es obedecido en la Ciudad de Dios. “¿Antes de que te duermas te puedo preguntar una cosa?” “Dime rápido, estoy cansado y quiero dormir, amorcito.” “¿Serías capaz de matar a una persona por mí?” “Amorcito, maté a un tipo porque me robó cinco gramos, ¿crees que no voy a matar a un sujeto si me lo pides? Dime quién es. ¿Es de aquí, del barrio?”
“No.”
“¿De dónde es?”
“Vive en Taquara.”
“¿Y qué te hizo?”
“Nada. Es un niño de siete años. ¿Has matado algún niño de siete años?”
"He mandado que agujereen las palmas de las manos a dos mierditas que desaparecieron con unos paquetes, para que sirva de ejemplo, pero creo que estos tenían diez años. ¿Por qué quieres matar a un negrito de siete años?”
“Para hacer sufrir a su madre. Ella me humilló. Me quitó a mi novio. Me hizo de menos, a todo el mundo le decía que yo era una burra. Luego se casó con él. Ella es rubia, tiene ojos azules y se cree lo máximo.”
“¿Quieres vengarte porque te quitó a tu novio? Todavía te gusta ese puto, ¿verdad?”
“Sólo me gustas tú, Zinho, eres todo para mí, ese mierda del Rodrigo no vale nada, sólo siento desprecio por él. Quiero hacer sufrir a la mujer porque me humilló, me llamó burra delante de todos.”
“Puedo matar a ese puto.”
“A ella ni siquiera le gusta él. Quiero hacer que sufra mucho. La muerte del hijo deja a las madres desesperadas.”
“Está bien. ¿Sabes dónde vive el niño?”
“Sí.”
“Voy a mandar que cojan al niño y lo lleven a Ciudad de Dios.”
“Pero no hagas que el niño sufra mucho.”
“Si la puta esa se entera que el hijo murió sufriendo es mejor, ¿o no? Dame la dirección. Mañana mando que hagan el trabajo, Taquara está cerca de mi base.”
Por la mañana, bien temprano, Zinho salió en el carro y fue a Ciudad de Dios. Permaneció dos días fuera. Cuando volvió, llevó a Soraia a la cama y ella obedeció dócilmente a todas sus órdenes. Antes de que él se durmiera, ella preguntó, “¿hiciste lo que te pedí?”
“Cumplo lo que prometo, amorcito. Mandé a mi personal a que cogieran al niño cuando iba al colegio y que lo llevaran a Ciudad de Dios. En la madrugada le rompieron los brazos y las piernas al negrito, lo estrangularon, lo cortaron todo y luego lo tiraron en la puerta de la casa de la madre. Olvida a ese mierda, no quiero oír hablar más de ese asunto”, dijo Zinho.
"Sí, ya lo olvidé.”
Zinho le dio la espalda a Soraia y se durmió. Zinho tenía un sueño pesado. Soraia se quedó despierta oyendo roncar a Zinho. Después se levantó y tomó un retrato de Rodrigo que mantenía escondido en un lugar que Zinho nunca descubriría. Siempre que Soraia miraba el retrato del antiguo novio, durante todos aquellos años, sus ojos se llenaban de lágrimas. Pero ese día las lágrimas fueron más abundantes.
“Amor de mi vida”, dijo, apretando el retrato de Rodrigo contra su corazón sobresaltado.

This entry was posted on 02 octubre 2009 at 18:50 and is filed under , . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

0 comentarios

Publicar un comentario